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CONSTRUCCIÓN

Diseño de espacios públicos, lección que deja la pandemia a los arquitectos

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La lección más importante que dejó la pandemia a los arquitectos es no dejar de generar espacio público a los ciudadanos como los mercados o los parques, además de pensar en espacios para la comunicación remota dentro de las viviendas, afirmó Juan Manuel Romo, candidato a la presidencia del Colegio de Arquitectos de la Ciudad de México.

En entrevista con Grupo En Concreto #EnConcretoContigo, resaltó que la propagación del Covid-19 nos recordó la importancia del espacio público, sobre todo para quienes están encerrados y aglutinados en edificios.

Puso como ejemplo que en algunos edificios, algún piso debería contar con un espacio para caminar, para trabajar o comunicarse, como un jardín, pues el aislamiento generó crisis y el espacio público es fundamental para ayudar a sus habitantes a disminuir el estrés.

Los arquitectos también deben pensar en que los hogares deben estar preparados para la comunicación remota y diseñar un espacio aislado, acústico, como ocurrió en el pasado con el cuarto de la televisión, indicó Romo.

Y es que, con el home office y las clases por televisión, el uso de datos en la vivienda es tan importante como la instalación eléctrica o sanitaria, “y ya tenemos que diseñar la comunicación remota”, pues lo que antes era ciencia ficción hoy es una realidad.

Señaló que hoy en día se ha minimizado la participación del diseño, ya que del total de arquitectos, sólo el 10 por ciento se dedica a esta área, mientras que el 38 por ciento está en la construcción, el 10 por ciento en la academia y un porcentaje similar en especialidades como valuación o responsables de obra.

Los arquitectos, dijo, también deben trabajar en ese gran problema que vive México desde hace años, que son las viviendas irregulares.

Resaltó que la Ciudad de México tiene dos millones 300 mil viviendas, de las cuales el 60 por ciento son irregulares, como las de autoconstrucción por ejemplo, “no existen nadie las toma en cuenta, estas viviendas tienen valor de uso pero no valor de cambio y no tienen certeza técnica, jurídica o económica, se ha invertido esfuerzo pero nadie se lo reconoce.

“Si los arquitectos nos dedicamos a esto, podremos revitalizar estas viviendas tendríamos un millón 200 mil viviendas, con precios de alrededor de 200 mil pesos, que estaríamos incorporándolas a la economía”, anotó.

Además de participar en las construcción de los grandes edificio y plazas, dándole formalidad a las especialidades

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