Sismos cambiaron la cultura de los compradores de vivienda

Si bien los sismos de 2017 no provocaron grandes movimientos en los valores de las viviendas, si cambiaron la cultura del comprador, que se volvió más interesado en los temas y protocolos de seguridad, donde los planos estructurales son vitales, coincidieron representantes del sector.

En el panel “Rediseño y Resistencia de la vivienda en reconstrucción”, como parte de los #DiálogosEnConcreto, organizados por Grupo En Concreto, aseguraron que la seguridad es responsabilidad de todo el sector inmobiliario y se debe trabajar en una educación hacia la población.

Marisol Becerra López, directora de Consultoría Inmobiliaria Tinsa México, destacó que en las alcaldías más afectadas en 2017, Cuauhtémoc, Benito Juárez y Coyoacán, hubo cierta afectación en vivienda nueva, pero al siguiente trimestre ya se observó una recuperación.

Resaltó que los precios se han mantenido estáticos, pues si bien en 2017 e inicios de 2018 los precios de la vivienda tuvieron un crecimiento importante, con el Covid-19 vino una contracción.

“Hoy en día hay muchos proyectos ajustando sus valores de venta y muchos otros mantuvieron los mismos, vemos muchas promociones con descuentos importantes”, anotó.

Becerra López destacó que si bien regresó la tendencia por vivir cerca del trabajo, ahora los compradores son más cautelosos y piden que junto a los detalles de los amenities y acabados, quieren conocer los protocolos de seguridad.

“Si bien no piden planos, si quieren tener certeza de protocolos ante sismo, que seguridad tendrán en sus viviendas”.

En ese sentido, Eduardo Martínez, director de Valor Comercial, dejó en claro que en la compra-venta de un inmueble, “si es importante pedir los planos arquitectónicos y estructurales”.

En el 30 por ciento se entregan planos porque son casa nuevas, pero se trata de la salud del inmueble, “tenemos que tenerlos”.

En el panel moderado por Lorena Mercado, vicepresidenta de Muliv, destacó que el Valuador juega un rol importante, ya que debe identificar las zonas de riesgo e incluirlas. “Permear nuestra experiencia en quien va a comprar”.

Destacó que el riesgo en todo el país es alto, pues vivimos en zonas sísmicas, de deslaves, o con riesgos de inundaciones, por lo que es importante la educación en materia de seguridad.

En tanto que Bernardo Gómez, Coordinador del Comité de Seguridad Estructural del Colegio de Ingenieros Civiles de México, destacó que en el tema de la seguridad, “todos somos responsables”.

Recordó que en el sismo de 2017, los ingenieros civiles apoyaron a las autoridades para enfocar esfuerzos en las estructuras dañadas y determinar si era necesario un refuerzo, rehabilitación o solo reparación del inmueble.

Dijo que si bien no tenemos control sobre el peligro sísmico, podemos influir en el tema de la vulnerabilidad, disminuirla a través de elevar los niveles de diseño, dando mantenimiento a los edificios, y reforzándolos, aunque no presenten daños.

Dejó en claro que hay mucho trabajo por hacer para el gremio, entre esto, el divulgar mejor su trabajo, mientras que la sociedad debe exigir condiciones de seguridad de un inmueble, así como “cuando compramos un carro”, que checamos cómo están los frenos.

Finalmente, Alejandro Rico Zepeda, autor del libro Fundamentos de Ingeniería Sísmica Para Valuadores Profesionales, comentó que a excepción de los expertos, la población habla de los sismos, “como Dios le da a entender”.

Al coincidir en que los planos estructurales son insustituibles, explicó que el grado de afectación en caso de sismos, depende de la ubicación del inmueble, “en dónde está, cómo se va a mover y cómo se va a defender durante el movimiento telúrico”.

Recordó que vivimos en un país con una trayectoria sísmica impresionante, por lo que la cultura sísmica de la población debe ir “más allá de escuchar una alerta y salir corriendo”.