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Crece población indígena en el Valle de México

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Parte del fenómeno fue porque no se solventó el problema de vivienda

Las periferias de la Ciudad de México que antes eran inhóspitas ahora están siendo pobladas gracias a organizaciones como el Frente Popular Francisco Villa, que no son reconocidas por la ley, pero funcionan para generar esta distribución, aseguró Gustavo Alfredo Chavero Amador, doctorante en Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

El especialista explicó que dichas asociaciones surgieron a partir de la negligencia oficial para proveer programas gubernamentales que solventaran el problema de vivienda, convirtiéndose en una compensación para la población migrante pauperizada.

En su texto La biopolítica del avecindado: desigualdades y formas de habitar en la periferia de la Ciudad de México, el maestro en psicología social muestra aspectos de la investigación desarrollada en Peña Alta, localizada en las periferias del pueblo originario de San Juan Ixtayopan, de la delegación Tláhuac, integrada por migrantes (o avecindados) de primera y segunda generación.

En un lapso de tres décadas la población, ubicada lejos del proceso de crecimiento de la plancha urbana, ha aumentado de manera significativa al integrar a habitantes no nacidos en el pueblo y que son parte del flujo migratorio.

Información del Gobierno de la Ciudad de México (CDMX), dentro del Valle se ubica la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM), habitada por cerca de 22 millones de personas, comprende 16 delegaciones y 18 municipios del Estado de México, con una superficie de 3 mil 540 kilómetros cuadrados, lo que representa 37% de la cuenca del Valle de México.

Cuenta con prominencias topográficas aisladas como el Cerro de la Estrella, el Peñón y el Cerro de Chapultepec, entre otros; su ubicación geográfica y su entorno característico ejercen una influencia determinante sobre la calidad del aire existente en esta zona.

El área urbana se extiende en una cuenca semicerrada, en la porción suroeste del Valle de México, la cual está sujeta de manera natural a condiciones que no favorecen una adecuada ventilación de la atmósfera.

El acelerado crecimiento poblacional durante los últimos cuarenta años y una industrialización constante que se ubicó en la zona norte de la Ciudad de México, han impactado notablemente la calidad de vida de la ZMVM. El desarrollo económico protegido de la planta industrial desde de los años cuarenta no logró un aumento en la competitividad del sector.

Marchan mujeres indígenas, que habitan en CDMX – unomásuno.com.mx

Los antecedentes

Desde la época precolombina los pueblos indígenas u originarios que rodeaban a la gran Tenochtitlan, hoy Ciudad de México, fueron absorbidos con la expansión urbana de la metrópoli.

El Gobierno buscó dar respuesta a los problemas planteados por el crecimiento urbano y la modernidad de una ciudad en desarrollo.

Fue así como se dio paso a un programa de grandes obras viales y construcciones monumentales afectando desastrosamente a los pueblos antiguos como ocurrió con la partición y destrucción de Tacubaya, Mixcoac, La Piedad, Tlacoquemécatl y otros pueblos, con la realización de vías rápidas, como el viaducto Miguel Alemán y el Anillo Periférico.

La construcción del estadio Azteca de la zona de hospitales en Huipulco, del Colegio Militar y del Club de Golf México dejó sin sus tierras de cultivo a los pueblos de Santa Úrsula Coapa y San Pedro Mártir, entre otros afectados en la delegación de Tlalpan.

Los altepetl prehispánicos del Altiplano Mexicano que eran traducidos como pueblo de indios, estaban más bien identificados como una realidad socio-política, una especie de ayuntamiento o consejo autónomo.

Fueron designados por los españoles como señoríos, con una personalidad jurídica y su territorio, los cuales siguieron existiendo en la época virreinal, pero poco a poco desaparecieron a lo largo del período colonial.

Muchos de los pueblos indígenas fundados con el reconocimiento de la Corona española durante el siglo XVI fueron una continuación de los antiguos poblados. Los asentamientos indígenas prehispánicos se mantuvieron en los alrededores de la Ciudad de México hasta el siglo XIX y parte del XX, debido a su desplazamiento con la llegada de los españoles y los movimientos urbanísticos que siguieron.

El investigador de la UAM, Gustavo Alfredo Chavero Amador reconoció que las formas de participación social y política que construyen los migrantes transitan de la informalidad a la ilegalidad, pero son parte de la lógica interna de los lugares a los que llegan y los coloca en relaciones asimétricas de poder.

Lo anterior se debe a que los pueblos originarios tienen sus estructuras sociales consolidadas y los migrantes que llegan son relegados a las periferias y la única manera en la que pueden establecerse en la parte central es mediante algún pariente originario.

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