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Duelo por pérdida durante COVID-19; ¿qué hacer por un amigo o familiar?

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Tan solo al día de ayer, la Secretaría de Salud informó que en México, 5 mil 332 personas han perdido la vida y más de mil 300 lo han hecho en la CDMX de México, al menos; casi todos nosotros sabemos de un caso de contagio cercano. Sin embargo, hay personas que también han sufrido alguna pérdida.

En este artículo, Paola Hamui Amkie, maestra en psicoanálisis perteneciente a la Sociedad Psicoanalítica de México (SPM) nos detalla los procesos y acompañamientos de familiares por duelo de pérdida de algún ser querido o familiar ante esta situación extraordinaria por la pandemia.

La situación que actualmente vivimos ha cambiado nuestra forma de estar y de experimentar el mundo. Ha provocado cambios en las vidas, hábitos, forma de pensar y rutinas. Todo cambió. Incluso, la manera de despedirnos de los seres queridos por alguna pérdida.

Ante la pandemia por el COVID-19, estamos obligados a vivir nuevas formas de adaptación. Los actos o rituales que cada quien desde su religión hace alrededor de las pérdidas y la manera de  acompañar o despedirse de los seres queridos enfermos ha tenido que cambiar para evitar afectaciones mayores. 

Actos importantes para el doliente como pasar el duelo en compañía de otros seres queridos ha tenido que cambiar. La importancia de ofrecer alternativas que ayuden a los deudos a compartir y expresar su dolor con los demás, aunque sea de manera virtual, permiten honrar la memoria del fallecido. 

Duelo en aislamiento

Perder a alguien es una experiencia que necesita ser compartida, acompañada y sostenida con abrazos y miradas de apoyo, con palabras cariñosas y silencios respetuosos, esto ayuda al doliente. El proceso de duelo se ve beneficiado cuando la persona es sostenida en su red de apoyo, y ayuda a que se facilite el desarrollo de un duelo sano.

Cuando alguien pierde a un ser querido, el especialista Kubler – Ross detalla ciertos pasos para elaborar el duelo:

  1. Negación-aislamiento. Una persona reacciona con rechazo a la noticia con tentativas de negación que sirven para amortiguar el golpe y aplazar parte del dolor. Este proceso puede extenderse por largo tiempo. En un proceso normal, se va tomando poco a poco los datos de su juicio de realidad. 
  2. Ira-enojo. Aquí se suele reaccionar con mucho enojo, este es consecuencia son fruto de la frustración que produce saber que se ha producido la muerte y que no se puede hacer nada para arreglar o revertir la situación. 
  3. Pacto o negociación. Esta etapa ofrece la fantasía de estar en control de la situación, el deudo negocia para revertir la pérdida. Esta etapa puede producirse antes (cuando el ser querido pasa por alguna enfermedad, en este caso el internamiento por COVID-19) o después de la muerte. 
  4. Depresión y tristeza. En esta etapa se hace contacto con la realidad y se deja de fantasear con realidades alternas, y hay una sensación de vacío. Hay que aprender a aceptar que la otra persona se ha ido. Se tiene que empezar a vivir una realidad definida por la ausencia.
  5. Aceptación. Poco a poco, toda la energía puesta en la persona que murió se va retirando. Poco a poco la persona se integra cada día más a la rutina de vida encontrando en ella de nuevo la homeostasis perdida ante la pérdida. Poco a poco va volviendo la capacidad de experimentar alegría y placer, y a partir de esa situación las cosas suelen volver a la normalidad.

Condiciones más difíciles

Se debe tener en cuenta que además de todo lo que la persona está sintiendo frente a la pérdida, hay que agregarle la situación actual  por el COVID-19, que exige aislamiento físico, miedo al contagio, impotencia, etc.) por lo que es posible que dicho proceso se haga un tanto más complicado.

Es muy probable que en el proceso de duelo predominen sentimientos de culpa (¿Por qué ha aparecido este virus? , ¿Si hubiera llevado medidas más drásticas? ¿Si lo hubiera llevado al hospital antes? ¿Si lo hubiera traído a casa los últimos días, habrá sufrido?).

Ante ello, hay que apoyar a los familiares que hicieron lo mejor que pudieron para que su familiar siempre estuvo en buenas manos y que las personas de salud lo acompañaron en todo momento, así como el familiar siempre supo del cariño y amor que le tienen, que fue afortunado tanto el familiar como la persona de haber coincidido y ser padre e hijo, esposos etc. En este caso, ayudan creencias espirituales.

Es importante apoyarse en la tecnología a través de videograbaciones, audios, cartas o mensajes para mantener comunicación con el familiar, siempre y cuando el hospital lo permita. De no ser posible la entrega directa (que desgraciadamente es lo más probable debido a lo contagioso del virus y lo delicada de la situación), estos ejercicios sirven a manera de desahogo, así como seguramente todo aquello que desea expresarle a su familiar éste ya lo sabe (de su cariño, de su amor) pues lo ha acompañado siempre.

Toda aquella mezcla de emociones que se sienten frente a la presente situación son normales, como decía Viktor Frankl, reacciones anormales ante situaciones anormales, resultan normales.

¿Cómo apoyar a familiares?

Hay que ayudar al deudo a que no sea tan duro con él mismo, ha hecho lo mejor que ha podido en la medida de las circunstancias actuales, y el no estar acompañando al enfermo como normalmente se hacía.

Muchas veces la sensación de pérdida puede acompañarse de síntomas físicos como náuseas, dolor de pecho, taquicardia y palpitaciones, entre otros síntomas.

Es importante que el doliente sepa que hay circunstancias que escapan de nuestro control, pero que lo único que la persona sí puede controlar es su actitud frente a aquello que le produce dolor; evidentemente una pérdida es una situación dolorosa pero en lugar de preguntarse acerca del “por qué” de su dolor centrarse en el “para qué” y hacer de ese dolor una experiencia de crecimiento y aprendizaje.

También le ayuda saber que no se va a sentir siempre como se siente ahora, que un duelo es una herida y que con el tiempo cicatriza, no duele siempre pero recordamos el dolor cuando vemos esa cicatriz que nunca se borra o se olvida. Depende de la persona si ésta cicatriza o se queda con pus, como decía Edith Eger (La bailarina de Auschwitz) el dolor está, uno elige si lo convierte o no en sufrimiento.

Sin respuestas

Nosotros no tenemos respuestas a las dudas del doliente, no tenemos que decirle algo o darle algo que le quite el dolor; el solo hecho de escuchar y acompañar al deudo le hará sentirse mejor. En estas circunstancias, el acompañamiento será por teléfono ya que estamos en aislamiento físico (pero no emocional). Al doliente le ayuda saber que sí encontrará consuelo.

Con la situación de aislamiento, tenemos que encontrar la forma de que los familiares sigan recibiendo el apoyo que normalmente reciben, por lo que hemos de buscar herramientas que apoyen la comunicación y les hagan sentir a los dolientes menos solos aunque se encuentren confinados; para ello podemos ayudarnos de la tecnología. Estamos en aislamiento físico más no social, ni emocional.

El duelo afecta 4 instancias:

  1. Física–somática. Se deben cuidar las pautas de autocuidado, higiene, alimentación,  sueño, seguimiento de rutina y horarios, hacer ejercicio si es posible en casa, actividades físicas creativas como: cocinar, cuidar de las plantas, manualidades, tocar un instrumento en los deudos.
  1. Emocional–relacional. En familia y con seres queridos, con apoyo de la tecnología, se puede hacer un ritual de despedida, donde cada quien dedique unas palabras, quizá todos a la misma hora lanzar globos biodegradables o cantar algo que les recuerde al ser querido. Es preciso hacer actos simbólicos que ayuden a expresar sentimientos de pérdida; aquí lo espiritual es de gran ayuda, ya que ayuda a ir poniendo orden en el sentimiento de caos que deja una pérdida y más una pérdida por el Covid-19.

Es importante que el doliente exprese su dolor, puede ser a través del llanto la palabra y si no es posible brindar herramientas como dibujo, música o escritura, tener bien claro que cada quien tiene sus tiempos y su ritmo de ir digiriendo el dolor.

Se puede escribir una carta a su ser querido, a su tristeza o llevar un diario, escribir poemas, hacer un rincón del recuerdo, un álbum en homenaje a su vida, entre otros. 

Es importante que el deudo tenga una red de apoyo, que le llamen por teléfono o videollamada para que a pesar del aislamiento no se sienta solo. Que el deudo sepa que puede buscar apoyo de un familiar, amigo o profesional si lo requiere. Además, existen psicólogos, psiquiatras o grupos de apoyo en línea.

Nos sentimos impotentes

3. Cognitiva–mental. Es importante saber que la persona que está pasando por un dolor de pérdida puede tener sus capacidades mermadas, porque la pérdida merma la parte emocional del cerebro, por lo que se deben evitar excesos al ver noticias sobre la pandemia; se recomienda tener objetivos a corto plazo o de un día a la vez. Hacer rutinas, o ejercicios, hacer comida en horarios, observar medidas de higiene, etc; tener actividades que despejen y distraigan; ver programas de televisión ligeros, escuchar música, leer novelas bonitas, entre otros; y no se deben tomar decisiones importantes.

4. Como se ha mencionado, se valen hacer rituales religiosos, hacer un rincón del recuerdo, rituales en memoria, planear una reunión de honor al fallecido una vez que termine la emergencia, entre otras medidas pertinentes.

Frases que NO ayudan

Sé fuerte. 

Anímate por tus hijos. 

Distráete.

Trata de no acordarte.

No llores, no lo dejas descansar.

Frases correctas

Si alguien cercano a ti perdió un ser querido y no puedes acompañarle le puedes enviar algún mensaje, que muestre tu afecto y apoyo: “No es necesario que me contestes si no te apetece, solo quiero saber cómo te encuentras y que sepas que estoy disponible si quisieras hablar” 

 “Solo quiero que sepas que estoy aquí para ti”.

“Me hubiera gustado estar acompañándote en este momento, pero aunque no esté físicamente, te acompaño y te tengo presente” 

“Si necesitas que hablemos, puedes llamarme en cualquier momento”. 

“Te volveré a llamar por si quieres hablar, también podemos compartir un silencio” 

“Haremos una pequeña ceremonia en casa para acompañarte en tu dolor” 

“Siento mucho por lo que estás pasando”. 

“Me gustaría mucho poder decir algo que alivie tu dolor, pero no encuentro las palabras. Quiero que sepas que estoy aquí y que pienso en ti a menudo.” 

La duración aproximada de este proceso suele ser de un año y la finalidad de este proceso sería que el sujeto logre desprenderse progresivamente del objeto perdido. Si la tristeza profunda y la incapacidad de restablecer su vida y rutina sobrepasa aproximadamente el año, entonces estamos hablando de un duelo patológico, para el cual es recomendable un apoyo profesional. 

Datos importantes 

  • Las personas arriba de los 60 años toleran mejor las pérdidas que la gente más joven. 
  •  En relación a la muerte del cónyuge suelen adaptarse mejor las mujeres que los hombres. 
  • Las personas que ya han sufrido duelos pueden tolerar mejor los posteriores.
  • Cuando prevalecen como rasgos de carácter la autonomía y equilibrio emocional, el duelo es mejor tolerado. 
  • Es importante mencionar que la reserva de expresión de dolor no es necesariamente un signo de equilibrio, sin embargo, al contrario, una expresión aparatosa en demasía puede ser signo de una manifestación de desamparo de una persona muy dependiente.
  • Culturalmente los anglosajones tienden a ser más reservados en estas situaciones a diferencia de los latinos quienes tienden a mostrar su dolor de manera más abierta.
  • Cuando la muerte se ha producido de manera repentina o imprevista la reacción inicial de duelo es muy intensa a diferencia de cuando la muerte se produce después de una larga enfermedad. Esta puede vivirse como una sensación de alivio. 
  • La cultura, la religión y el apoyo de personas cercanas suele ser una ayuda valiosa para los sujetos.
  • El dolor y la tristeza son revividos en los aniversarios del duelo sin embargo conforme el tiempo va pasando el dolor va menguando.

La autorora es la maestra Paola Hamui Amkie, quien es psicoanalista perteneciente a la Sociedad Psicoanalítica de México. Su correo es:

paolahamuiamkie@gmail.com

 

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