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Quiebra de FAMSA muestra debilidades de análisis y supervisión

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El 30 de junio la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y la Comisión Nacional Bancaria de Valores (CNBV) informaron que se revocaba la autorización para organizarse y operar como institución de banca múltiple a Banco Ahorro Famsa (FAMSA). Para la Asociación de Bancos de México (ABM), este es un hecho aislado, mismo que no afecta a otros bancos ni al sistema de pagos; sin embargo, para Mario Sandoval Chávez, CEO de FISAN, su efecto directo es reducido, pero tiene un efecto amplificado, porque es una empresa conocida, lo que contamina al resto de las instituciones, aunque no sean afectadas en esta coyuntura.

De acuerdo con las autoridades financieras, la liquidación de FAMSA fue el resultado de recurrentes incumplimientos regulatorios sobre disposiciones normativas desde 2016, señalando que, desde principios de enero de 2019, se determinaron incumplimientos que impactaron de forma relevante su capital y el Índice Capitalización (ICAP) mínimo requerido, 10.5%, señalando que en marzo de 2020 ya era inferior al mismo.

Sandoval Chávez, banquero a nivel directivo con más de 30 años de experiencia en negocios, comentó que el ICAP de FAMSA se deterioró muy rápido, por lo que surgen las siguientes preguntas: ¿Fue reciente? ¿Cuánto tiempo tenía atrás esa situación?

Desde su punto de vista, lo anterior fue informado y alertado a los accionistas y a la administración, como lo indica la CNBV, por lo que, al presentarse esta situación, surgen los siguientes cuestionamientos: ¿Qué sucede con el público en general? ¿Cómo podría ser avisado con anticipación?

“No se puede pasar de un índice de capitalización del 11% que tenía FAMSA en el mes de marzo al -6.0% en el mes de abril, no es una situación clara, lo que indica que las autoridades tienen que asumir una responsabilidad con relación al tipo de información que se da al público en general, o en su caso, hacer la aclaración correspondiente; por ejemplo la información que nos proporcionaron no era confiable, por lo tanto el análisis del gestor se tiene que hacer bajo un tema diferente”, señaló el ejecutivo, en plática con Grupo en Concreto.

Agregó que tanto la CNBV, como la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF) y el Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB), deben cuestionarse si están cumpliendo de una manera eficiente y eficaz con sus labores de supervisión y publicación de información, porque en el caso de FAMSA dejaron mucho que desear.

También consideró que si bien existe un marco legal e instituciones supervisoras fuertes, se tiene que dar el siguiente paso, ir más allá, detallando más la información, segmentando por tamaño a los bancos y aplicando el análisis financiero de forma comparativa a los que tengan las mismas características, además de hacerlo de una manera transparente, para difundirlo por diversos medios de comunicación, porque actualmente la información no es conocida por la mayoría del público ahorrador y deudor.

SE DEBE ESTRATIFICAR EL ANÁLISIS

El directivo indicó que el capital contable es el compromiso que tienen los accionistas con su institución, existiendo una gran dispersión en su monto, dentro de los 51 bancos privados que operan en el país, además de tener una fuerte concentración, porque 9 instituciones detentan el 90% del negocio bancario, lo que haría reflexionar si son demasiados bancos, si es el número adecuado o si están en los segmentos adecuados.

Explicó que aún dentro de los 9 grandes bancos, estos no se pueden compararse entre sí, a menos que se segmenten por su tamaño, ejemplificando que, si se coteja HSBC con BBVA, podrían parecer que tienen las mismas características, al ser bancos multinacionales, con gran cobertura, pero al ver su tamaño en términos de activos, capital y formas de estar presentes, ya no es lo mismo, porque existen grandes diferencias en estos rubros.

Lo anterior se ejemplifica considerando el capital contable de los 9 grandes bancos al mes de mayo de 2020, el de BBVA es de 218 mil millones de pesos (mmdp), casi el 20% del sector bancario, mientras que el de Citibanamex asciende a 166 mmdp, el de Santander 146 mmdp, Banorte 124 mmdp.

Por su parte INBURSA tiene 99 mmdp, HSBC 68 mmdp, y Scotiabank 54 mmdp, de esta forma no se debería comparar BBVA con HSBC, porque el resultado en su análisis financiero responde a diferentes requerimientos de mercado.

Agregó que en el caso de banco FAMSA su capital contable era de 5 mmdp, el cual no es comparable con el BBVA de 218 mmdp, situación similar a la de Coppel que tiene 13 mmdp y Azteca con 25 mmdp.

“De esta manera, actualmente se está haciendo un análisis muy general, me parece que eso no es correcto, deben ser comparado su capital y sus razones financieras en base a su tamaño, por ejemplo, bancos con capital contable superior a 100 mil millones de pesos sería un grupo, bancos con capital contable entre 50 y 100 mil millones el segundo”.

“Bancos entre 20 a 50 mil millones el tercero, bancos entre 5 y 20 mil millones el cuarto y bancos con capital contable menor a 5 mil millones de pesos el quinto; indicando también en cada segmento cuales son nuevos (instituciones con menos de 5 años de operación), los cuales no pueden ser comparados con bancos con mayor antigüedad”, propuso el también, ex presidente de AMFE.

Por lo tanto, lo más importante es segmentar la comparación y el análisis financiero, a fin de realizarlo entre instituciones equivalentes.

Una situación similar sucede si se toma el índice de morosidad del sistema, que era del 2.32% en abril, en donde el de los grandes bancos en promedio tenían el 2.0%, mientras que Coppel el 15% y Azteca el 11%, aunque estas instituciones pueden capitalizar a sus instituciones y no tener problemas.

En relación al indicador ICAP, que se volvió un tema por el reciente caso de Banco Famsa y su proceso de liquidación, señala que si se considera el de mayo es del 15.75%, pero es importante comprender que lo que se reporta es la media, por lo que existen intermediarios por arriba y por debajo de ese nivel, aunque todos deben cumplir con 10.5% mínimo exigido por la regulación, para no ser sujetos a revocación de licencia como fue el caso de FAMSA.

Por lo tanto, no es adecuado comparar los índices de capitalización de manera general e indiscriminada, porque no es lo mismo el de BBVA del 15%, que está debajo de la media, pero con un capital contable de gran magnitud, que el de Paga Todo con 287%, el cual sube mucho la media global, pero es de reciente creación.

BANCOS EN RIESGO

De acuerdo con el estudio “Bancos Mexicanos ven riesgos incrementales por el Coronavirus” de la calificadora Fitch Ratings, el impacto económico definitivo y las implicaciones en el mercado financiero de la pandemia aún no están claros, aunque si se considera que sus efectos presionarán la calidad de activos y las ganancias de los bancos, debido a un crecimiento menor en la cartera, a la disminución de las tasas de interés y a mayores costos crediticios.

Al respecto Mario Sandoval Chávez considera que los bancos que se han concentrado más en los préstamos de nómina, personales, automotrices e inclusive los hipotecarios, tienen un factor de mayor atención, aunque hay que ubicar muy bien el tipo de segmento que atienden.

Desde su punto de vista, en el corto plazo hay que estar pendientes de la evolución de la información de Accendo y ABC Capital, porque no conviene que otros bancos entren en un proceso como el que se vio con FAMSA.

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