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FINANZAS

Respuestas desafiantes a las emociones del inversionista.

Publicado

en

Coaching financiero

Dr. Arturo Morales Castro

M en C y F Carlos Chávez

En estos tiempos de aislamiento y de contención en casa ha sido también para muchos un periodo de reflexión. Un periodo en el que muy seguramente muchos nos hemos cuestionado sobre la administración de nuestros recursos, tan preciados, y que escuchamos escasean para otros en estos días. Unos por indecisión no la hemos intentado mejorar, otros porque hemos perdido y sentimos que no es lo nuestro y otros por el miedo de escuchar a otros fallar. Aunque hay variedad de formas de llevar esta gestión a la que nos referimos es a la inversión en bolsa, a la compra de acciones discrecional, a la manera de tener un ingreso pasivo a mediano y largo plazo. Sin importar cuál sea el caso, lo que nos ancla y es una barrera para continuar es en gran parte debido al aspecto emocional que está inherente a nuestro existir, a nuestras creencias: miedo al fracaso, temor a perder lo que tanto me ha costado, etc. Pero no todo está perdido y siempre hay una nueva oportunidad para mejorar nuestra situación actual y a continuación te decimos cómo.

Para empezar, en las últimas décadas ha habido todo un tema académico en las finanzas en cuanto al grado en que las emociones afectan la operativa de los inversionistas. Y es que el reconocimiento de los factores psicológicos y sociológicos en la toma de decisiones no es un tema nuevo. Como nota histórica, Adam Smith, por ejemplo, ya insinuaba cómo la pérdida podría tener un mayor valor para la persona, que la ganancia, así las dos fueran de la misma magnitud. Sin embargo, es hacia finales de los años sesenta y comienzos de los años setenta del siglo pasado, cuando la economía del comportamiento empezó a producir importantes contribuciones teóricas y aplicadas y, por consiguiente, comenzó a ser reconocida mundialmente.  Daniel Kahneman, con sus trabajos en teoría prospectiva y toma de decisiones, logró obtener el premio Nobel de economía en 2002.  Estos trabajos fueron, en su mayoría, una colaboración con Amos Tversky, con quien estableció una fructífera relación de trabajo. Tversky, sin embargo, falleció unos años antes que Kahneman fuera galardonado con el premio Nobel y por ende no lo pudo compartir con él.  Kahneman y Tversky, aunque originalmente psicólogos, son parte de los fundadores de la economía del comportamiento. Luego, Richard Thaler también obtuvo el premio Nobel en economía en 2017, justamente por sus trabajos en economía del comportamiento. Sus trabajos se remontan a los años ochenta y tuvieron importantes conexiones con los de Kahneman y Amos Tversky, y posteriormente con Cass Sunstein. Con este último escribió el reconocido libro “Nudge” (Empujoncito, en español).

Fase de emociones que vive un inversionista con posición desde el auge a la desilusión.

Figura tomada de Emociones y mercados: Por qué se producen las burbujas y su estallido. Global Investor. Credit Suisse. 2011

De manera breve, el  ciclo va acompañado de algunas sensaciones secundarias:

  1. Exceso de confianza que motiva a la ejecución de una postura: negación de nuestra interpretación del mercado.
  2. Sesgo de aprendizaje motivo de las últimas operaciones que pensamos que anteriormente hemos cerrado posición muy temprano: rechazo de lo que estamos observando.
  3. Posteriormente, viene el temor de cerrar posición por no querer asumir la pérdida y dejamos crecerla para luego materializarla aún mayor: resignación de la mala decisión que se ha tomado.
  4. Finalmente, vemos crecer de nuevo el precio pensando que teníamos razón y que este subirá aún más, ejecutando nuevamente una postura para repetir el ciclo: sentimiento de culpa y por ende de venganza.

Ante esa situación, estos son los desafíos que te recomendamos para vencer cada etapa:

  1. Establece una estrategia para hacer posturas de entrada y salida del mercado. Para esto observa el mercado. Enfócate en uno a dos activos y síguelos de cerca. Edúcate y aprende de elementos que te hagan sentir cómodo y que te sirvan para identificar movimientos en los precios: como indicadores, noticias, sitios, informes, etc.
  2. Prevé puntos de salida para obtener ganancia y de paro en caso el precio te juegue en contra. El comportamiento de los precios es impredecible por lo que lo no sabemos cuándo ni cuanto subirá, si es que subirá, antes de dar vuelta, si rectificará o si irá en nuestra contra. A lo más, lo que podemos hacer es establecer los puntos de salidas, es decir, de la ganancia estimada aceptable y el de paro con el máximo que nos permitiremos perder. Comúnmente es aceptada una relación de 1 a 1, o sea, si se está dispuesto a perder un 1% al menos espero ganar un 1%; aunque también puedes tener salidas parciales, por ejemplo, si ya tienes el 1% salir con el 50% de tu postura el cerrar postura del 50% restante al 2%.
  3. Cumplir la estrategia que nos hemos propuesto. Si tenemos dudas de lo que observamos en nuestra operativa debemos tener en cuenta que pudiéramos haber fallado en algo y debemos reevaluarla. Asumir pérdidas tempranas es básico, sin embargo, sí se debe considerar que estas no deben ser mayores a las ganancias. De lo contrario la reevaluación de la estrategia será lo más conveniente.
  4. Respetar los sucesos del mercado. Conocer las razones que mueven los precios de las acciones es un tema académico y conduce a grandes debates: no nos preguntemos las causas. Plantea una estrategia y pruébala con simuladores en línea o en hoja de cálculo. Acepta las condiciones existentes y aprende de ellas. Todas las posturas son independientes y si una vez perdiste no significa que a la siguiente perderás, lo mismo si ganas. No trates de repetir ganancias extraordinarias si el mercado te jugó a favor ni te aferres a ganar todas las veces.
  5. Adicionalmente, está la aceptación creativa. Esto es, acepta lo que ha sucedido, sabrás que lo bueno y lo malo es una interpretación tuya. Cada postura te hará aprender del mercado y, sobre todo, de ti respecto a él. De esta manera podrás identificar lo que te sirve y drenar lo que no sin castigarte. Aceptarás tus fallas sin juicios y podrás reevaluarte, y mejor aún: tú operativa comenzará a ser consistente.

Para concluir debemos tener presente que no siempre ganaremos, y que asumir perdidas será inevitable por lo que será importante cuidar que estás sean lo menor posible, respecto a las ganancias. Ten en cuenta que lo que nos permitirá mantenernos vigentes en el mercado será nuestro capital, por lo que gestionar las pérdidas es mucho más importante que incluso la ganancia misma. No trates de tener mismo número de ganancias que de pérdidas o pensar que estás llegarán de una en una, ya que dentro de este aspecto estas pudieran presentarse por rachas. Sigue la estrategia que te planteaste y nunca pares de mejorarla: puedes tener más de una e incluso llegar a formar un portafolio de ellas. No importa cuántas oportunidades de negocio hayas visto pasar hasta ahora, siempre hay una oportunidad y más cuando se habla de mercados. ¿Estás dispuesto a reevaluar el ciclo del inversionista? ¿Ahora que te detiene?

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