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Sin arranque automotor por falta de semiconductores

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La crisis de semiconductores que ha impactado a la industria automotriz se estima pueda resolverse no antes de tres años, pues se ha agudizado la crisis económica, logística y de proveeduría, amenazada por los cambios sociales como la guerra entre Rusia y Ucrania y la aún no concluida pandemia Covid-19; además de las presiones que pueden alargar o disminuir ese lapso, coincidieron expertos.

Bertha Martínez Cisneros, coordinadora de la Licenciatura en Logística Internacional de CETYS Universidad, Campus Mexicali, señaló en entrevista que después de casi de dos años de verse golpeadas por la pandemia, las cadenas de suministros globales ahora enfrentan un contexto que pondrá a prueba nuevamente su resiliencia.

El abastecimiento mundial está a punto de ser testigo de un curso impredecible por el enfrentamiento armado entre Ucrania y Rusia.

“En este momento, es difícil pronosticar cómo se desarrollará la situación. Las posibilidades van desde un escenario extremo, un conflicto militar que tendría efectos desastrosos en las cadenas de suministro, hasta sanciones económicas severas que crearían volatilidad y afectarían la capacidad de producción mundial y rutas críticas para la logística”, dijo.

La experta indicó que una posición de estancamiento generaría una mayor incertidumbre en las cadenas de suministro, especialmente en industrias clave como la electrónica de alta tecnología, los semiconductores, la energía, los minerales de tierras raras y otros materiales.

De acuerdo con Gartner y otras firmas de consultoría internacional, se pueden identificar seis problemas que las empresas enfrentarán en sus cadenas de suministro, si continúan las escaladas en Ucrania: escasez de materia prima clave, aumentos en los costos de materiales, impactos en la capacidad de producción, volatilidad de la demanda, restricciones de capacidad y rutas logísticas y violaciones de ciberseguridad.

La especialista mencionó que el impacto probable en los mercados de energía y alimentos es bien conocido, pero también se prevé un riesgo más profundo de interrupción de la fabricación a nivel mundial en una amplia gama de sectores.

Expuso que la inflación de los alimentos es también un riesgo de la interrupción de la cadena de suministro porque aparte de esto, los dos países son líderes mundiales en la producción y exportación de metales como el níquel, el cobre y el hierro. Otras materias primas como neón, paladio, platino y varios productos químicos, especialmente derivados y productos petroquímicos, también se fabrican y exportan en grandes cantidades desde Rusia y Ucrania.

PROVEDOR DE MATERIALES

Ucrania, dijo, se ha convertido en un proveedor clase de metales esenciales y materias primas para las cadenas globales de valor. Principalmente en la producción de semiconductores, automóviles y medicamentos, que se verían gravemente afectados por la interrupción de actividades comerciales en este país.

Detalló que para comprender lo complejo de las cadenas de suministros globales, consideremos 2 mil 100 empresas estadounidenses y mil 200 empresas europeas que tienen al menos un proveedor directo (nivel 1) en Rusia. Más de 450 empresas en Estados Unidos y 200 en Europa tienen proveedores de primer nivel en Ucrania; los números aumentan a medida que pasamos de proveedores directos a las relaciones indirectas (Nivel 2 o 3).

“Más de 15,100 empresas en EU y 8,200 empresas europeas tienen proveedores de nivel 2 con sede en estos países y de nivel 3 “estaríamos considerando 190 mil empresas en los EE. UU. y 109 mil empresas en Europa. Una severa crisis de hidrocarburos, minerales, metales, energía e incluso de alimentos, podría estar en camino. Es probable que los precios de esos artículos se disparen, gracias tanto a la escasez como a la compra irracional y el proteccionismo. Esto, a su vez, afectará las operaciones de fabricación tanto del suministro y distribución en las cadenas de estos commodities”, indicó.

Para la coordinadora Martínez Cisneros, a ello hay que añadir que las importantes rutas logísticas como la ruta del Mar Negro y el ferrocarril y las carreteras de Europa a Asia y viceversa se verán afectadas y provocarán retrasos e interrupciones.

También se espera un desbordamiento a los puertos chinos y otros nodos de transporte clave. “Esperamos que muchos de estos riesgos no se materialicen y representen el peor de los casos; pero los líderes de las cadenas de suministros globales deben considerar el impacto potencial de un conflicto militar entre Rusia y Ucrania. Estos líderes deben garantizar planes de contingencia adecuados para sus cadenas de suministro más críticas y los proveedores más riesgosos de la región”, anotó.

En esa línea, añadió que los retos que enfrenta el sector automotriz, detonado por el Covid-19, se agudizan con el conflicto bélico y con la amenaza de un nuevo rebrote de la pandemia que ya registra confinamientos en China de nueva cuenta.

Recordó que de cada 100 pesos de insumos en transporte de carga 59% son nacionales y 41% importados por lo que los estragos en importaciones y exportaciones se dejan sentir.

Roberto Salas Corrales, coordinador de ingeniería mecánica del CETYS Universidad, Campus Tijuana, mencionó que los automóviles han cambiado en los últimos 30 años, pasando de ser vehículos no digitales, a ser vehículos con diversas funcionalidades provistas por procesadores digitales, tales como el clima, sensores de movimiento, cámaras y pantallas de entretenimiento. Tal es así que ahora un coche llega a tener de 5 mil a 15 mil elementos conectados a semiconductores y procesadores.

“Esto devela el impacto de la crisis de semiconductores y el por qué incluso ha detenido la fabricación de vehículos a nivel mundial”.

Dijo que la industria automotriz se ha visto en gran modo afectada pues a pesar de que sigue siendo partícipe del 3.6% del PIB total nacional, generando más de 930 mil empleos directos, ha tenido una baja en ventas de 3.9% durante enero-febrero de este año, lo cual significa unas 158 mil 185 unidades sin vender. Esta situación se da por la escasez de semiconductores provenientes mayoritariamente de China y Taiwán, quienes por la pandemia dejaron de producir chips y luego registraron ventas exacerbadas para otras industrias.

Josué López Leyva, coordinador de la ingeniería en energías renovables del CETYS, campus Ensenada, dijo que “el auge de la movilidad eléctrica o híbrida es ya una tendencia, de la cual se espera que para el 2026, en México haya más de 18 mil 900 vehículos eléctricos vendidos, respecto a los 6 mil que hay por ahora. Esto es una tendencia mundial que busca reducir la huella de carbono, debido a que en México el 23% del CO2 es producido por los vehículos automotores”.

Sin embargo, a pesar de la tendencia, los catedráticos e investigadores coincidieron que para que la electrificación del transporte público y privado se dé es necesario contar con políticas públicas y acciones de la iniciativa privada para promover la descarbonización de la economía. Establecer facilidades y apoyos financieros como estímulos a estos vehículos para tener una competitividad y movilidad sostenible.

Fernando Ruiz Huarte, director general del Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior, Inversión y Tecnología (Comce), consideró que los brotes por la pandemia en China, pueden afectar nuevamente la cadena de valor de semiconductores.

“Esperemos que no porque ya la experiencia que tenemos en todo el mundo y los chinos en especial es que ya tienen un mejor control a la pandemia, hoy hacen muchas más pruebas y por eso los números aparecen más grandes y aparentemente es un tema que van a controlar muy bien para evitar que salga gente de China que pueda contaminar a otras áreas sin embargo, es difícil y esperemos que no sea una ola tan fuerte como las pasadas, gracias a las vacunas”, concluyó.

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